Alejandro es el pastor de jóvenes en una iglesia que regresa poco a poco a las actividades presenciales, en tiempos de la pandemia. Me describió como desapareció el grupo de jóvenes que antes se reunían de manera habitual. Ahora necesitan iniciar desde cero y están necesitando todo tipo de apoyo.

Es justo ahí donde vi la oportunidad de ofrecerle una ayuda. Le hablé del Taller “Un día de Campamento”, el cual le expliqué, consiste en la ejecución de cinco actividades recreativas, guiadas por un tema que lleva a explorar la naturaleza, iniciando temprano en la mañana y terminando al final de la tarde. De este modo, además lograba mi objetivo de poner en práctica mi ensayo para el programa Nuevos Senderos de CCIAL. El tema a trabajar fue La Energía.

        Llegó el tan esperado día. La iglesia está ubicada en una zona montañosa y posee una bella extensión de terreno, con amplias zonas verdes, bosquecito, senderos naturales, ranchos rústicos y una topografía que invita a la aventura. Al llegar esa mañana, percibí una gran energía latente en los 15 jóvenes de ambos sexos con edades entre 11 y 16 años. Junto a Alejandro, estaban tres colaboradores de su equipo que nos ayudarían como facilitadores, con igual carga de “energía”.  Así que iniciamos dando paso a la aventura dentro de la fantasía se ser “náufragos en una isla desconocida”. Avanzamos guiados por el plan de actividades energéticas para confirmar que había mucha hambre de recreación, debido al aislamiento social impuesto por la pandemia.

Tras algo más de una hora, el grupo estaba integrado y comprometido con alcanzar la necesaria sinergia del trabajo en equipo, para vencer los retos recreativos. El juego –una vez más–  como escenario extraordinario en el cual Dios mueve mentes y corazones, voluntades y energías. Las actividades fluyeron hasta llegar al final del día, con un gran cúmulo de momentos y memorias inmediatas, debido a un factor en común: la alegría fraternal.

Concluimos cantando unidos, la canción “Jesús es mi todo” (Job González), para dar gracias a Dios por un maravilloso día de campamento.  Las notas de la evaluación realizada por los participantes, expresan el deseo de “tener un campamento de cuatro días” y “superar más retos juntos”.  El equipo de líderes me transmitió su agradecimiento comentando “lo mucho que aprendieron” y muy motivados para participar en el Expo Juegos, programado por CCI Costa Rica, para diciembre próximo. Esta es una síntesis, para dar testimonio de como Dios nos regaló la oportunidad para apoyar el ministerio juvenil de una iglesia, llenar la necesidad de los mismos jóvenes de desarrollar actividades estimulantes y el mío como escritor de Nuevos Senderos.