Épocas de un Árbol

Silvia Cristina Umaña Martínez
CCIAL/Honduras

Los participantes (niños, jóvenes y adultos activos) se distribuyen en semicírculo, en un área despejada. Se quedan en silencio y, conforme el facilitador de la actividad va leyendo un guión, cada uno personificará un árbol visualizándose a lo largo de las cuatro estaciones. Tendrán que moverse tal como un árbol lo haría de acuerdo a lo que vayan escuchando.

  • El guión que leerá el facilitador de la actividad
  1. Fórmense en filas para quedar en semicírculos (ver ilustración en la sección de fotos y diagramas). Ubíquense, quedándose de pie, en las áreas que ya fueron marcadas.
  2. Cada uno de ustedes, allí donde están “sembrados”, es un árbol caducifolio, significa que sus hojas caducan o mueren. Este es el tipo de árbol que pierde sus hojas en el otoño y florece al llegar la primavera.
  3. En México, Centro América y otras regiones tropicales, los árboles son de hoja perenne o perennifolios. Eso quiere decir que sus hojas permanecen vivas durante todo el año y el follaje del árbol siempre se ve verde. Si nunca hemos vivido el cambio de estaciones, tendremos que usar nuestra imaginación aún más. Va a ser una linda experiencia “transportarnos” a otoño, invierno, primavera y verano.
  4. Algunos de ustedes son árboles frondosos y fuertes, con troncos muy gruesos por el paso de los años. Otros son de troncos más delgados y ramas más frágiles.
  5. Los árboles tienen diversas partes; vayan moviendo dichas partes cuando las oigan: ¡Raíces! ¡Tronco! ¡Ramas! ¡Hojas! ¡Copa del árbol!
  6. Escuchen la siguiente lectura e imagínense a su árbol en cada circunstancia (leer guión)
  • Para esta actividad necesitas un área amplia y plana en la naturaleza. Es importante que todos los participantes tengan suficiente distancia entre sí para actuar con libertad.
  •  Tú decidirás el número de semicírculos que necesitas, de acuerdo a la cantidad de participantes.  Leerás frente a ellos para que tu voz sea escuchada por todos.
  • Antes  de la actividad, señaliza  el terreno para que cada quien sepa dónde pararse.
  • Ten a mano el guión, que es el principal elemento de esta actividad.
  • Ensaya el guión antes de la actividad. Lee con entonación agradable, poniendo emoción, haciendo pausas dramáticas y subiendo el volumen de tu voz cuando lo consideres más teatralmente efectivo.
  • Mientras lees el guión, permanece atento a la actuación de cada uno. Anímalos a involucrarse en la narración, imaginando y usando todo su cuerpo.

GUION PARA LEER AL GRUPO

Es verano. Siento que estoy creciendo más, mis hojas se ven verdes y saludables. Algunos de mis amigos que son árboles florales, aún conservan sus flores. ¡Nos vemos hermosos! Oímos a los niños correr y vemos a algunos jugar en ropa cómoda, colorida y liviana. ¡Algunos comen y tiran el envoltorio!  Hace tanto calor, tengo sed. Mis raíces han retenido suficiente humedad entre lluvia y lluvia. Ojalá vuelva a llover pronto. Los pajaritos sedientos se paran en mis ramas y cantan todas las mañanas, pero luego vuelven a volar para buscar agua. El sol brilla majestuoso e irradia su calor.

Es otoño. Cada vez se va poniendo más frío. Hay días y noches con vientos muy fuertes. Ahora nuestras hojas se mueven constantemente con el viento, ¡han tomado diferentes colores!: naranja, amarillo, café, dorado. Mucha gente se detiene a fotografiarnos, mientras algunos niños juegan en las hojas que el viento bota. Ya no estoy creciendo. ¡Esperen! ¿Qué está pasando? ¡Hoy hay un viento terrible! ¡Mis hojas se están despegando!  Los pajaritos huyen a buscar refugio a lugares donde es más tibio y el viento no los hace caer. ¡Me estoy quedando sin hojas! El sol brilla pero apenas llego a sentir algo de tibieza.

Es invierno. El frío cada vez es mayor. Ha habido días en que cae nieve, nieve y más nieve. Estamos totalmente descubiertos. ¡No tengo ni una sola hoja! No estoy creciendo ya. ¿Será que voy a morir? Mis ramas se mueven mucho en el gélido viento. La nieve trae un silencio respetuoso a nuestro alrededor. No se oye el canto de los pájaros, se han ido lejos. Uno que otro petirrojo, que son los únicos que quedan, se atreve a cantar de vez en cuando sobre mis ramas llenas de nieve. Nuestras ramas se sienten pesadas y caídas. Mis amigos se ven blancos, solo las ráfagas de viento hacen volar la nieve de vez en cuando. La nieve es tan profunda que las personas no caminan por estos lugares, tampoco los animalitos salen mucho. El sol alumbra y se refleja en algunas ramas congeladas; ni siquiera hay calor suficiente para derretir el hielo. Nos vemos todos muy tristes, como una sombra de lo que fuimos.

¡Es primavera! Poco a poco mis hojas han ido naciendo de nuevo. El verde es más intenso, los árboles floridos se ven más coloridos. Ni un recuerdo ya de los días silenciosos de nieve. Todo tipo de pájaros llegan a nuestras ramas y hacen nidos. Cantan alegremente todo el día. La gente sale y nos rodea con admiración. Les parece increíble que seamos los mismos que nos movíamos sin hojas en el viento. En nuestra máxima belleza: raíces, tronco, ramas, hojas, flores… disfrutamos el esplendor de la primavera y lo delicioso del aroma de este renacer. Los animalitos se reproducen en esta época, continuamente estamos rodeados por esta nueva vida. El sol brilla resplandeciente y cálido. ¡La temperatura es tan agradable! ¿Será posible que después de haber vuelto a la vida volvamos a quedar casi muertos, sin ninguna hoja otra vez? ¡No!¡Estamos vivos y nos movemos con suavidad y alegría en la fresca brisa primaveral!

Semicirculo doble formas organizativas:

Épocas de un árbol (Umaña Martínez, Silvia, 2021)

Ilustración Semicírculos doble (Perez, Yeniurca, 2019)

Fotografía ilustrativa (Brumley, Stacy, n.d.)

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